viernes, 5 de abril de 2013

CUIDADO DE COPAS DE CRISTAL



Los Fenicios y Romanos usaban una sola copa para toda la familia por su elevado costo, pero ademas se debe indicar que solo las familias ricas podian darse este lujo.

Luego se comenzó a utilizar vidrio, que continuaba siendo costoso ademas de frágil, y recién durante el siglo XVII se cambia el vidrio por cristal, más brillante y más maleable que éste.

Pero la variedad comienza a aparecer en 1977, cuando se certifican las copas para degustación. Aunque para los bebedores normales la diferencia entre unas u otras esta solo en la forma, ésta característica junto con el grosor del cristal y hasta el color de la copa influyen a la hora de degustar el vino y en la percepción que tiene el catador sobre la bebida.

Hay ocho tipos principales de vasos y copas, cada uno destinado a reforzar el sabor y Bouquet del vino o licor que va a contener. Las copas y vasos de mejor calidad son los fabricados con cristal compuesto por un 30% de oxido de plomo. Este aditivo otorga a la cristalería su brillo, transparencia y resistencia. Cuanto mas delgada y fina es la copa, mejor sabrán el vino o el licor.

Limpieza y cuidado
A la hora de la limpieza la variedad poco importa, pero si su calidad y material con el que este hecho. 
Para conservar el lustre y brillo de la cristalería, hay que lavar cada pieza por separado en agua tibia con un poco de detergente líquido, enjuagar en agua fría, secar y escurrir sobre papel de cocina o un paño. Las copas se deben guardar en un armario cerrado, de pie, ya que si se ponen hacia abajo sus bordes pueden quebrarse.

Si es necesario realzar el brillo de las copas y cristales, se pueden fregar con una combinación de agua y vinagre, y dejar secar en un escurridero, sin frotarlas con ningún paño. Si están muy sucias, la limpieza será mas efectiva si se dejan por la noche en una mezcla de agua, detergente y unas gotas de amoníaco. Para eliminar los depósitos de cal, se debe llenar la copa de agua destilada, dejarla durante una semana y luego desprender suavemente la costra con un cepillo de dientes.
Si la cristalería es muy fina habrá que prestar mayor cuidado para no dañarlas. Los cambios de temperatura pueden ser fatales por lo que al fregarla o sacarla del lavavajillas una corriente de aire podría resquebrajar o romper algunas piezas. Si quedan restos pegados a la copa, nunca hay que utilizar una esponja metálica ya que podría rayar el cristal.

Si una licorera o una pieza grande se mancha por dentro, se puede limpiar colocando una cucharada de arena muy fina y una solución débil de agua tibia y detergente liquido. Luego, se sacude el contenido, evitando rayar el cristal.
Para quitar un tapón atrancado en una licorera, se puede aplicar una mezcla de dos partes de aguarrás sintético, una parte de Glicerina y una de sal entre el cuello y el tapón. Pasadas 24 hs. se enrolla un paño caliente alrededor del cuello y se tira del tapón para extraerlo.

Por último, suele ocurrir que algunos vasos comunes de mesa se atasquen entre sí, haciendo dificultosa la tarea de despegarlos. La solución está en llenar el de encima con agua fría y sumergir el de abajo en agua caliente. Así quedarán libres e intactos.

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