El bañado en oro de vajilla, comúnmente usado sobre la porcelana fina para asuntos especiales o elegantes, aporta un toque de lujo y elegancia a la mesa de la cena. Cuando está bien limpia y cuidada, la vajilla bañada en oro puede durar toda la vida o ser transmitida de generación en generación. Después de cada uso es importante limpiar los platos y cubiertos para retirar los restos de alimentos que pueden manchar el oro. Incluso si no se utiliza, es bueno limpiar los platos y cubiertos rutinariamente para prevenir que se forme pigmentación. Si se llegara a manchar, el oro se puede limpiar, pero puede tomar varios intentos.
- Nivel de dificultad:
- Moderadamente fácil
Instrucciones
Necesitarás
- Paño suave
- Jabón líquido para trastes
- Vinagre o jugo de limón
- Cuenco
- Bicarbonato de sodio o pulidor de oro
- 1Enjuaga los platos y cubiertos bañados en oro y limpia con un paño suave para eliminar las partículas de comida y el polvo. Si las partículas no se quitan, deja remojar las piezas en el fregadero con agua caliente y un chorrito de jabón líquido para platos durante dos minutos.
- 2Humedece un paño con vinagre o jugo de limón. Frota el paño húmedo en los platos y cubiertos. El vinagre o jugo de limón quitará las manchas. Sigue frotando hasta que elimines toda la suciedad .
- 3Llena el fregadero con agua caliente y un chorrito de jabón líquido. Lava los platos y cubiertos bañados en oro para eliminar el vinagre o jugo de limón. Asegúrate de limpiar toda la superficie. Debido a la naturaleza ácida, tanto del vinagre como del zumo de limón, se puede dañar u oxidar el enchapado de oro si no lo limpias totalmente.
- 4Combina partes iguales de agua y bicarbonato de sodio en un tazón hasta formar una pasta. Sumerge un paño suave en la pasta. Frota la pasta en los platos y cubiertos bañados en oro. Si lo deseas, usa un pulidor de oro en su lugar. Deja que el pulidor o la pasta se seque en los platos y cubiertos.
- 5Lustra el pulidor o la pasta, para sacar brillo a los platos y cubiertos, con movimientos circulares con un paño de algodón. Esto restaurará el brillo natural de los platos y cubiertos. Humedece la punta de un paño suave y limpia cualquier residuo sobrante.
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