Esto no es cosa de niños…
¿Quién dijo que los automóviles a escala son cosa de niños? De hecho, en su mayoría, estas réplicas no son recomendables para menores de 14 años. El coleccionismo a escala puede considerarse un pasatiempo –a veces bastante costoso–que consiste en la adquisición de réplicas de modelos específicos, que dependen de los intereses particulares del interesado…
En este sentido, la compilación particular de cada individuo podría considerarse única, pues depende de ciertos factores. En mi caso, todo comenzó como la sola idea de decorar la habitación de mi pequeño hijo. Quería algo más que un simple papel tapiz impreso con automóviles, así que, después de pensar en varias opciones, surgió la idea de revestir las paredes con automóviles colocados en repisas independientes. Comencé a buscar opciones, pero, también, a quedar inmerso en un mundo de información.
El ámbito del coleccionismo es muy vasto. Tanto, que no sabía por dónde empezar. Poco a poco me fui dando cuenta de la cantidad de fabricantes, la diversidad de estilos, la gama de escalas y la variedad de especialidades existentes sólo en el mercado de los automóviles de metal fundido a troquel (conocido como diecast).
Me percaté de que existen personas quienes adquieren y acumulan réplicas sólo por el gusto de hacerlo, mientras que otros, verdaderos coleccionistas, llegan a veces a niveles insospechados en su manera de organizar, catalogar e, incluso, exhibir sus ejemplares. Más que fanáticos, se les podría llamar apasionados.
Los vehículos de metal fundido están disponibles en diferentes escalas, de las cuales, las más populares, son la 1:18, 1:24 y 1:43 –estas últimas por cuestión de espacio–. A mayor escala, mayor el tamaño de las réplicas y mayor el espacio requerido para armar una buena colección. Yo opté por la escala 1:18, los vehículos miden, en promedio, 8 pulgadas, aunque la medida real, por supuesto, depende del modelo.
En principio, los vehículos de metal fundido se diseñaron como juguetes para los niños, aunque en los años cincuenta surgió una ola de coleccionistas, jóvenes que habían guardado sus carritos desde hacía años en lugar de maltratarlos o deshacerse de ellos, convirtiéndose, con el tiempo, en objetos de gran valor.
Hoy, como dije en principio, ya ni siquiera son recomendables para los niños. El nivel de detalle que han alcanzado las réplicas de algunos fabricantes es impresionante, como en el caso de Exoto y CMC, cuyas réplicas, en algunos casos, superan incluso las mil piezas y/o los quinientos dólares en precio.
Las cuestiones a considerar al iniciar una colección de autos a escala, conforme a mi experiencia, van mucho más allá de decidir simplemente la escala que uno quiere. Es preciso considerar el tipo de autos que sean del agrado personal, ya sean vehículos famosos, clásicos, deportivos, exóticos, etcétera; o bien, si se quieren los modelos de una sola marca (Ferrari, Maseratti, Porsche, Ford Mustang…), de una década en particular, o de un mismo fabricante (CMC, Exoto, Mattel, Kyosho, Minichamps o algún otro). Al parecer, se trata de un pasatiempo que podría no tener fin, pues la demanda es tan alta, ya que todo el tiempo aparecen modelos nuevos.
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