miércoles, 27 de febrero de 2013

COMO LIMPIAR LA CUEVA DE UN HOMBRE



limpiar la cueva de un hombre
Una cueva de hombre es esa parte especial de la casa que se dedica a las aficiones del hombre de la casa. puede estar llena hasta el techo con trofeos, juegos, revistas masculinas, pistolas degotcha, latas de cerveza (usadas y coleccionables), migajas en cada hendidura posible y mucho desorden al grado que no se pueda ni entrar. El problema es que si no se limpia regularmente, ese lugar será un desastre y muy probablemente él nunca lo limpiará.
Aunque no lo quieras, por ser un trabajo duro y desagradable, tienes que enfrentarlo eventualmente. Vístete acorde a las circunstancias, busca desinfectantes y ataca. Además podrías llevar al dueño de la cueva y darle algunas lecciones de cómo limpiar su espacio él mismo.

editarPasos

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    Pide permiso. Este paso básico. Si él no está dispuesto a dejarte entrar en la cueva para limpiar, tendrás que esperar. Si es así, mantente firme y prepara una lista de razones para limpiarla. Lo más importante de esta lista es la salud y sanidad de la casa/familia, y evitar que se críen alimañas .

    • Puedes pensar, "No hay manera de que me haga responsable de la limpieza de la cueva de este hombre. Debería hacerlo por sí mismo, así como se espera que comparta algunos quehaceres de la casa". Pero no siempre es así.
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    Concéntrate primero en lo que sabes que es basura. Este no es un trabajo para novatos. No es lo mismo una lata de cerveza para reciclar que una para coleccionar. Primero saca todo lo que sí sabes que es para tirar, como bolsitas de alimentos, botellas a medio consumir, etc.

    • Para evitar peleas sobre lo que es o no coleccionable enjuaga todas las latas de cerveza y devuélveselas, para que elija cuáles se queda, respeta los límites.
    • Sé astuta y espabilada al buscar basura. Puede ser que encuentres bolsas de comida a medio terminar en hendijas de sillones, sillas y detrás de los muebles. Las botellas ruedan debajo de los muebles y las latas pueden estar en cualquier lado.
    • Busca entre los almohadones de los sillones. Prepárate para encontrar cualquier cosa, hasta latas dentro de las fundas de almohadones. Es probable que tengas que sacarlas para lavar y frotar para quitar pegotes.
    • Revisa debajo o dentro de todo lo que se pueda mover, correr o desarmar. No sólo busques alrededor de los muebles, sino dentro, detrás y debajo. Estos pueden ser excelentes escondites para toda la mugre que puedas imaginar, especialmente si están contra una pared.
    • Busca por todos lados. Trata de pensar como un muchacho que seguramente no querrías levantarte a tirar al cesto los paquetes después de comer galletitas. Y hasta podrías a llegar a encontrar trozos de comida en el cielorraso, solo porque compitieron con sus amigos a ver quién lograba arrojar algo más alto.
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    Desodoriza. Es posible que tu hombre haya estado recostado después de jugar con el perro, y/o dejado medias usadas por varios días entre las bordes del sillón. Para cambiar el aroma, tu próximo movimiento será higienizar y desodorizar el lugar:
    • Si las sillas y sillones tienen cobertores de tapicería, solo deberás quitarlos y lavarlos con el programa "sanitario" de tu lavadora. Pero si tienes tapicería regular, puedes atacar el problema de varios modos. Contratando una empresa de limpieza de tapizados o sumergiendo todo en Febreeze (u otro desodorante de telas).
    • Pasa lejía y/o desinfecta las superficies. La mejor manera de matar gérmenes es con lejía. Por supuesto no querrás arruinar nada, entonces prueba en la superficie a tratar primero. Sino, elige algún otro tipo de desinfectante. Aún lavar con agua con vinagre hará la atmósfera más saludable.
    • El aire. Rocía desinfectante en el aire, entre los almohadones, bajo los muebles y dentro de los cestos de basura para quitar el olor y los gérmenes.
    • Elige los aromas, es mas probable que a él le gusten el pino y no los florales. Es su espacio y debes respetarlo. Si él es alérgico, solo desinfecta y airea la habitación abriendo las ventanas.
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    Busca todos los bols, tazas, platos y utensilios usados. Si te faltan implementos en la cocina, es probable que los encuentres en su cueva. También considera buscarlos en los alféizares o repisas además de los mencionados más arriba. Prepárate para encontrar restos desagradables.
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    Junta todos los objetos. Desde ropa sucia a correo sin abrir, junta todo y haz una pila. Si ya has desodorizado, puedes poner la pila fuera de la habitación. De este modo sacarás de circulación todo lo que no pertenece a la cueva, para que puedas terminar de limpiar.
    • Usa una cesta de lavandería o una bolsa de residuos para juntar todo de una vez. No te preocupes de lo que estás juntando, sólo júntalo y quítalo del medio.
    • Usa un rastrillo. Si parece una pila imposible de juntar, rastrilla todo y luego colócalo en la canasta o bolsa.
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    Organiza, sacude los muebles y aspira. Escarba en tu pila de "bártulos" y organiza pequeñas pilas según categorías: correo, revistas, etc. O vuelve a su lugar lo que pertenece a la cueva.
    • Lleva las pilas a donde pertenezcan y acomódalas. Lleva la ropa sucia al lavadero.
    • Vuelve a revisar la habitación por las dudas hayas olvidado algo desacomodado.
    • Usando lustramuebles u otros limpiadores, quita el polvo de todas las superficies.
    • Si la habitación está alfombrada, espolvorea con bicarbonato y/o desodorante de alfombras y después de unos minutos aspírala.
    • Si los pisos son de mosaicos o madera, barre, quita el polvo (usando plumero) y luego lava los pisos con el producto indicado.
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    Libérate de limpiar la cueva de tu hombre. El primer paso es llevarlo contigo mientras limpias, así lo estarás "entrenando" para que luego lo haga él mismo. La vergüenza debería ser suficiente como para que no tengas que volver a entrar a limpiar.

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