martes, 15 de enero de 2013

EL SIFON


El Sifón


Muchos de los que hemos llegado a los 40 recordamos con nostalgia aquellos felices años en los que el sifón formaba parte de nuestras vidas.

Llamábamos “sifón” al recipiente de cristal, con o sin protección de plástico, con una llave en la parte superior que, al apretarla, abría el paso del agua con ácido carbónico.

Por el pitorro salía con considerable presión un chorro de agua con burbujas que también se le conocía con el nombre de “agua de Seltz” y que hoy se le conoce por la palabra “soda”.

Recuerdo aquellos días en que mi madre me decía: “¡nene, ve a la tienda de la Lola a por sifón!”. Yo cogía la aquella botella, casi siempre con protector de plástico verde en la que se podía leer con letras grandes la marca “Ondina”, salía camino de la tienda de ultramarinos, jugueteando con la palanquita intentando que el sifón escupiera las últimas gotas de ese preciado líquido.

  Su destino era la mesa de mi casa, para el vaso de vino de papá, pues los niños no podíamos consumir alcohol. Años más tarde fue desplazado por la gaseosa.

 De más crecidito recuerdo que el sifón seguía presente en mi vida, los domingos antes de comer hacíamos el “vermut”. Martini o Cinzano, blanco o negro con una rodajita de limón y una aceituna pinchada en un palillo. Una vez servido en la mesa, con toda la ceremonia… el chorro de sifón. Pero esto estaba incompleto, pues no podríamos olvidarnos, para abrir el apetito… ¡la tapita de berberechos!, con pimienta y regados con limón exprimido a mano.

 Uhmm.escribiendo este artículo se me han despertado las ganas, me parece que este fin de semana voy ha hacer el vermut, ¿Qué cara pondrá el camarero?, cuando le pida: ¡Eh, camarero sifón ‘pal’ Martini!.

        

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